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Publicado en 05 - 2020

El Consejo Consultivo del Maíz estableció en 14,60 dólares el Precio Mínimo de Sustentación del saco de maíz amarillo duro. Esta resolución generó diferentes reacciones.

Agricultores y avicultores que producen y utilizan la gramínea para elaborar alimento balanceado para las aves, están en desacuerdo con el precio de 14,60 dólares fijado por el Consejo Consultivo del Maíz, para el saco de ese producto.

Xavier Amores, presidente de Avico (organización que agrupa a 22 empresas de Cotopaxi), no está de acuerdo con el precio del maíz, en 14,60 dólares. Afirma que los avicultores están atravesando por una situación difícil, principalmente por los costos elevados de producción, precios de los insumos, competencia desleal, precios bajos en el mercado, entre otros factores.

Explicó que en el mercado no se respeta el precio referencial y el producto se comercializa en base a la oferta y demanda. En la Costa, por ejemplo, se vende a 18 dólares el quintal y en las plantas procesadoras a 19,50.

“Con estos precios resulta difícil competir y muchas empresas productoras de huevos están quebrando”, manifestó Amores.

Para el presidente de Avico, el precio ideal sería 10 dólares, al igual que en otros países como Colombia y Perú. “Para llegar a este valor, el Ministerio de Agricultura y Ganadería debería exigir a los maiceros para que sean más productivos”.

Propuso una contribución en la importación de insumos, para que se liberen las tasas arancelarias y que se permita la utilización de variedades híbridas “porque los productos transgénicos no son malos, ya que Estados Unidos y otros países los utiliza. Estos productos son más rentables”, aseguró.

También planteó facilidades de créditos, la libre importación de maíz y dejar de vivir en una burbuja, que en cualquier momento se revienta. “Debemos pensar que muy pronto se dará la Alianza del Pacífico y tendremos que enfrentarnos a otros problemas. En tal virtud, hay que ser más productivos y bajar el precio”, enfatizó el dirigente.

En el caso de Avico, la producción de huevos se redujo en un 30%. El costo de producción es de 2,40 dólares por cubeta de 30 unidades, pero en el mercado se vende a 2,10 dólares, lo que significa que el sector trabaja a pérdida.

“Desde julio del año pasado la producción de huevos bajó, básicamente por mucha competencia, precios altos del maíz y por el ingreso de huevos desde Perú. Si el Gobierno no ayuda a la producción de maíz, que es la base del balanceado, vamos a quebrar como empresas productoras de huevos”, dijo Amores.

En ‘terapia intensiva’

“El precio de 14,60 dólares le hace bien al sector, pero no es un valor que deberíamos tener para ser competitivos con Colombia y Perú”, mencionó David Rosero presidente de la Asociación de Avicultores de Cotaló (Asavico).

Añadió que el sector avícola está desprotegido por parte de las autoridades del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), porque ellos solo se preocupan del agro, dejando a un lado al principal consumidor del maíz: el sector avícola, que requiere el 60% del grano para su producción.

“Lamentablemente, la situación del sector avícola del país es crítica por los costos de producción. Al final terminamos subsidiando al agro, cuando esto lo debería hacer el Gobierno Nacional”, dijo.

Para Rosero, el precio debe situarse en 12 dólares y para alcanzar esta cifra se debe cambiar la forma de pensar de los representantes de turno del MAG y establecer políticas que beneficien a todos.

Mencionó que el precio referencial nadie respeta y se compra el producto en base a la oferta y la demanda. En este caso, los intermediarios se benefician más que los productores. “Ojalá con el tiempo se superen estos problemas y caminemos juntos por un mismo objetivo”, resaltó Rosero.

Asavico produce huevos para el consumo nacional. Para alimentar a las aves adquiere maíz a 18 dólares el quintal. Con este valor, producir 30 huevos les cuesta 2,45 dólares y se vende entre 2 y 2,20 dólares la misma cubeta. “Nos encontramos en terapia intensiva. Si los bancos nos retiran los créditos, el sector avícola desaparecerá y se dará paso a que el país consuma productos de Colombia y Perú”, recalcó el dirigente.

Para solucionar estos inconvenientes, Rosero planteó al Gobierno retirar los aranceles de productos como el maíz, que representa el 45%, y bajar los impuestos. “Esperamos que las autoridades respectivas tomen cartas en el asunto para que los sectores avícola y maicero no desaparezcan”, afirmó.

Poaquiza plantea disminución gradual

“Debemos buscar la competitividad a través de la mejora del precio del maíz ecuatoriano, puesto que sí comparamos con los precios internacionales tenemos un 30% más alto. Esto nos complica la situación en el país y a escala internacional”. Con estas palabras se refirió Luis Poaquiza, presidente de la Asociación de Productores Pecuarios de la Sierra Central (Asopec), a la fijación del precio del maíz para 2020.

Mencionó que “el valor de 14,60 dólares fue consensuado entre productores y consumidores de maíz luego de un amplio debate. Me parece positivo el precio que se logró, aunque no es el ideal”, dijo.

Para él, la alternativa es disminuir gradualmente el precio, lograr que los maiceros sean más eficientes y mejorar el sistema de producción en cada rama de la cadena productiva.

“Lamentablemente en el país el tema de los transgénicos está vetado en la Constitución, por eso no podemos acceder a semillas que tengan características de productividad más altas y los maiceros tampoco están en la capacidad de competir. Hay mucha tarea que cumplir dentro de la cadena de producción, pero hay que hacerlo paso a paso con la ayuda de las autoridades correspondientes”, expresó Poaquiza.

Coincidió con otros dirigentes en que el precio referencial de maíz no se cumple ni siquiera cuando empieza la cosecha y peor cuando existe escasez. Esa es otra tarea que debe resolver, tanto al sector productivo y el Gobierno, para buscar una forma de almacenamiento adecuado porque el excedente pasa a los especuladores.

Para evitar este problema planteó la necesidad de tomar medidas prácticas como un sistema de almacenamiento y definir un esquema de compra.

También consideró fundamental mejorar la organización de los productores de maíz para que solucionen sus problemas con ayuda de las autoridades respectivas. Indicó que el inconveniente radica en que muchos productores de maíz son pequeños y deben esperar seis meses para la cosecha, por eso se debe generar algún tipo de proyecto que conlleve a incrementar la cantidad de cultivo, además de implementar nuevas tecnologías en la producción.

Poaquiza afirmó que en esta temporada en la que falta maíz, el MAG autorizó un cupo de importación de 60 mil toneladas para todo el país. Asopec, por ejemplo, adquiere en Argentina a 16,50 dólares incluido el arancel del 45%, lo que encarece el producto.

El dirigente de Asopec consideró que todas las medidas y acuerdos deben ser técnicos y el ente que tiene la obligación de llevar a cabo esta tarea es el MAG, así como velar para que existan estudios reales porque el país no tiene un censo agrícola actualizado, que permita tomar decisiones en base de datos reales.

‘Precio impide ser competitivo’

Para Andrés Pérez, director de relaciones institucionales de Pronaca, “el precio sigue siendo elevado frente al costo de producción local y al mercado internacional”, aunque precisó que el precio fue producto de un acuerdo entre productores e industriales y debe ser respetado”.

Consideró positivo que en cumplimiento con las disposiciones del Reglamento de Comercialización de Maíz, se haya fijado el valor del maíz a principios de enero. De esa forma, los agricultores conocen con suficiente tiempo las reglas del juego, y así se evita la especulación.

Según Pérez, el precio actual no permite a la cadena de proteína animal ser competitiva y, por ende, ofrecer sus productos a los consumidores ecuatorianos a precios más asequibles, lo cual atenta contra una mejor alimentación de los ecuatorianos, que según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), la población adolece graves problemas de sobrepeso, obesidad y, lo más grave, desnutrición infantil crónica, que afecta a un cuarto de niños menores de cinco años.

La falta de competitividad impide “protegernos de amenazas de ingreso de productos desde el exterior y, por supuesto, hace imposible acceder a posibles mercados en el extranjero”, expresó Pérez.

El costo de producción debe ser la base para la fijación del precio. Eso lo establece el Reglamento de Comercialización de Maíz. “Ese costodebe ser determinado técnicamente por un organismo externo e independiente. Las industrias presentan un estudio realizado por académicos de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol), donde el costo se sitúa en alrededor de 11 dólares por quintal. Dicho estudio, por su seriedad y autonomía, debió ser tomado en cuenta para fijar ese valor.

“Lamentablemente el factor político tiene fuerte incidencia en estas decisiones”, acota el alto directivo, quien sin embargo consideró que el precio va en la línea de reducirlo y eso es bueno”.

Para Pérez, en un ambiente óptimo, la oferta y demanda debería ser la rectora del mercado. Solo así se conseguirán las eficiencias que se requiere

“Mientras el modelo actual de precios políticos se mantenga, hay que acatarlo y el MAG debe actuar severamente con los que incumplen. Es difícil el control por la enorme y bien estructurada cadena de intermediación, que no tiene vigilancia y que son quienes abusan de los agricultores”, dijo.

Sugirió que se busquen mecanismos e incentivos para la reconversión de cultivo, ya que en el sector maicero deben quedar únicamente aquellos productores que alcancen niveles de productividad de clase mundial, y que generen su utilidad en función del rendimiento y de un buen trabajo. Además, recomendó que se termine con la práctica de otorgar el mismo tratamiento proteccionista a la soya nacional. Esa producción cubre, apenas, el 3% de las necesidades de la industria. Es ineficiente en sus niveles de productividad y es un cultivo de rotación, que no debería incidir negativamente en los costos de producción de la industria avícola y porcícola, como sucede actualmente, puntualizó Pérez.

Consensuado

Por su parte, Jorge Josse, director Ejecutivo de la Asociación de Productores de Alimentos Balanceados (Aprobal), afirmó que el nuevo precio fue acordado con los agricultores, por cual le parece procedente.

“Para un agricultor maicero eficiente y tecnificado resulta muy remunerativo. Para un agricultor poco eficiente quizás no. Pero lo importante es que Ecuador tiene que producir su proteína animal con costos similares a los países vecinos que son nuestra competencia, y que están entre 11 y 12 dólares por quintal”, ex presó.

Dijo, además, que el precio del maíz fluctúa a lo largo del año. Explicó que por lo general la industria siempre paga un precio superior al mínimo oficial. “Actualmente, por ejemplo, el quintal de maíz se está vendiendo en Ventanas a 19 y 19,50 dólares”, afirmó.

Productores en desacuerdo

Juan Carlos Sánchez, representante de los maiceros del cantón Paján, en la provincia de Manabí, manifestó que “estamos en desacuerdo con la resolución que tomó el Consejo Consultivo sobre el precio del maíz amarillo duro”.

Según él, la reunión se efectuó a puerta cerrada, únicamente, con un grupo de personas afines al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y no se consultó a los agricultores antes de tomar una resolución. Tampoco se realizó una norma técnica como se procede en estos casos. “Debió ser una reunión de puertas abiertas”, manifestó.

Frente a esta situación, Sánchez mencionó que seguirán conversando como asociaciones o gremios, con la empresa privada, para llegar a un acuerdo en la compra del maíz, al igual que otros años. “La industria que mejor precio nos ofrezca y nos brinde créditos se lleva la producción”, indicó.

“Es imposible que el precio esté más bajo que el año pasado, que fue de 15,25 dólares. No se puede abaratar el valor porque los insumos tienen valores elevados”, explicó el representante, al agregar que los costos de producción varían entre un mil 100 y un mil 200 dólares, en los cuales incide el valor de los arriendos del terreno porque la mayoría de agricultores no son dueños de los predios.

Con todos estos gastos, según Sánchez, el costo de producción alcanza los 12 dólares, pero no compensa el precio que estableció el Consejo Consultivo. “El MAG tomó decisiones políticas y no en base a la realidad del sector ni a las necesidades de los agricultores”, puntualizó.

Por otro lado, dijo que el sector maiceo de Manabí atraviesa por varias dificultades, principalmente la competencia. El agricultor invierte y la ganancia es mínima. Incluso, se refirió a los paquetes tecnológicos que recibían de parte de los proveedores calificados por el MAG por cuanto no les beneficia, pero se mostró de acuerdo en que el MAG los haya eliminado.

Preocupación en sector maicero

Luego de la fijación del precio del quintal de maíz en 14,60 dólares, Henry Peña, presidente de la Corporación Nacional de Maiceros (Corpmaiz), señaló que cuando se hizo el pacto de mejora competitiva, la misión del sector agrícola era seguir disminuyendo los costos y precios internacionales.

“Con el plan de mejoras se iría regulando gradualmente el precio. El año pasado se fijó a 15,25, pero la industria no cumplió. Hoy con 14,60 dólares el agricultor, de alguna manera debe bajar los costos de producción. El problema del productor es que se han elevado los valores de arriendo, así como de la semilla”, afirmó.

Explicó que no solo depende de las industrias, sino que los intermediarios que están acaparando todo, por ello se busca un mecanismo para que exista un entendimiento directo, siendo la única forma de bajar los precios de producción.

“Ningún precio será satisfactorio para ninguna de las partes, pero llegamos a un acuerdo y firmamos el acta el sector productivo con el industrial, pero no creo que el agricultor con ese precio no pueda salir adelante”, advirtió.

Por su parte Pedro Arias, dirigente de la Asociación Agropecuaria 10 de Mayo, de Balzar, mencionó que existe un descontento por el valor fijado, ya que en el mercado los precios han aumentado.

“No es justo que como productores hayan disminuido el precio. Los pequeños productores nunca vendemos al precio oficial, porque no tenemos las condiciones para poder entregar el producto terminado, como limpio y seco”, manifestó.

Arias explicó que con el valor anterior en algo alcanzaba a cubrir el valor de producción. “Se aspiraba que suban 20 o 30 centavos, pero no nos imaginábamos que iba a bajar. No vamos a competir con otros productores de Mocache o Ventanas que tienen infraestructura y tecnología”, mencionó.

De igual forma opina Carmen Zapatier, productora maicera del recinto El Porvenir, de El Empalme, quien señaló que antes sembraba seis hectáreas y ahora solo tres, en virtud de las anomalías ocurridas en años anteriores donde no se justifica seguir sembrando maíz.

“Estamos tratando de cambiar el tipo de producción. El nuevo valor lo veo muy mal. No sabemos qué tipo de dirigentes estuvieron al frente de este acuerdo; seguro no representan a este sector sino a sus propios intereses”, expresó.

Declaró que en 2019 participó en la fijación del precio de 15,25 dólares basados en la realidad, porque tienen costos de producción que oscilan entre los un mil 800 y un mil 900 dólares por hectárea. “No hay un control del precio y lo vimos en 2019, no hubo un representante del Gobierno que llamó a la conciencia del sector industrial para que se cumpla el precio pactado”, sostuvo.

Zapatier enfatizó que el sector maicero agoniza. “En el campo llegábamos sobre las 30 y 32 mil hectáreas de maíz, hoy estamos sobre las 10 y 11 mil hectáreas. Hay campos devastados que se quedaron con ganas de sembrar. Hay un gran malestar por el precio fijado porque se pensaba se iba a aumentar, pero ocurrió todo lo contrario”, concluyó.

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